La leyenda de los almendros y rubí

En nuestro territorio comienzan a florecer algunos almendros despistados. Ya falta poco para disfrutar de unos de los paisajes más bonitos haciendo las rutas en carro y caballo con un degustación de productos Km 0 y vinos bajo el precioso almendro florido que te mostramos. El almendro es de los primeros árboles en florecer, cuando el termómetro marca aproximadamente 6º C empiezan a despuntar las primeras flores. Estas se mantendrán en el árbol entre 20 y 30 días. Hoy os explicaremos una bella leyenda de Pollença que se habla sobre elamor y la floración de los almendros.

Una calle estrecha cerca de la escalinata del Calvario de Pollença (Mallorca), Lleva en un mostrador el nombre de la protagonista de esta historia: rubí. Rubí era muy bella, Con la belleza que le daban sus rasgos sarracenos. Era totalmente sumisa a su padre, el moro Algatzení, que consciente del poder que ejercía sobre su hija, soñaba con casarla con algún rico terrateniente.

Un amor prohibido

Las posesiones de Algatzení y Beni-Gigar (hoy fincas Ca'n Guilló y Son March), no estaban lejos pero las separaba elenemistad de sus propietarios, que venía de tiempo atrás, y por mucho que pasaban los años no se arreglaba. I-Nasser, Sucesor y heredero de los Beni-Gigar, estaba enamorado de rubí y ella le correspondía. El padre de la chica no la aceptaba y la castigó encerrándola y prohibiéndole volver a ver al joven.

Rubí, no pudiendo resistir esta prohibición, pero al mismo tiempo no queriendo faltar a su padre, se sumió en una gran tristeza, En su cara se reflejaba el dolor. Suplicava a su padre que la dejara unirse a Ben-Nassar.

El padre no quiso cargar para siempre con la responsabilidad de la desesperación de su hija así que, tramó un plan sabiendo que el chico no podría conseguir lo que le pediría; tenía que ofrecer a rubí un ramo de flores de almendro antes de la próxima luna nueva. Aún faltaban unos dos meses para febrero y el hito era imposible.

Un requisito imposible, flores de almendros a destiempo

Rubí encamina a casa de Beni-Gigar a explicarle a Ben-Nassar la petición de su padre. La alegría por ver a su amada y poder besarla y abrazarla, Se esfumó cuando ella le contó la condición de su padre para poder casarse. Los almendros estaban dormidos y era imposible ver ni una sola flor en sus desnudas ramas. Rubí pasó la noche llorando, ni las caricias del joven la consolaban. Lloraba y sus lágrimas las bebía la seca tierra del viejo almendro en el tronco estaban apoyados. Lágrimas de dolor, de rabia y de pena que llegaron a las raíces del árbol y se convirtieron por un milagro d'amor, En una aparición de flores, no blancas como las que normalmente tienen los almendros, tenían una pincelada rosa en cada uno de sus pétalos.

Aún hoy, las ancianas del Pollença cuentan este final para la leyenda del almendro:

Rubí y Ben-Nassar vivieron juntos en una larga felicidad llegando a ver la conquista de Mallorca por las tropas de Jaime I, abrazaron la nueva fe en compañía de sus hijos. Su vida transcurría feliz, hasta que un día un sarraceno huido, envidioso de la felicidad de la pareja, encontró a rubí sola en la finca, y la asesinato.

Su cuerpo quedó tendido bajo los almendros de Beni-Gigar, En cuyas ramas apuntaban unas flores blancas y rosadas.