La domesticación de los animales y en especial la de los caballos fue un factor clave y determinante para hacer avanzar la humanidad. la invención de la rueda fue otro punto de inflexión en el día a día de nuestros antepasados. La rueda cambió su forma de vivir. Bien mirado somos fans de dos de los motivos que han hecho avanzar la especie humana. L’amor por los caballos y la afición por los carros vienen de muy lejos. Pero empecemos por comienzo ...
Los primeros caballos domésticos aparecieron hace tan sólo 5000 años pero las ruedas son muy anteriores. La primera representación de un vehículo con ruedas la encontramos en Laolla de Bronocice es un recipiente de cerámica grabada. Está fechada entre el 3635 a 3370 y y se encontró en el gran asentamiento Neolítico de Bronocice a unos 50 km al noreste de Cracovia y se atribuye a la Cultura de los vasos de embudo. Estos carros primigènits serían arrastrados por urs. Los uros son los antepasados de las razas actuales de bovinos domésticos.
El desarrollo de la rueda está estrechamente ligado al descubrimiento de los metales. la madera es el elemento principal de las ruedas en la antigüedad pero necesitaban de un elemento resistente que la refuerza. Los metales y sobre todo el ferro eran idóneos para esta necesidad y durante la edad de hierro se desarrollaron técnicas para "herrar" las ruedas y dotarlas de resistencia. Las culturas más antiguas en la que encontramos más representaciones de supuestos carros con ruedas de carro con rayos son la asiria y la egipcia.
A la península ibérica también encontramos representaciones de carros se pinturas rupestres de la edad de los metales. Las primeras ruedas de carro encontradas en la península en la época de los Íberos eran ruedas macizas con llantas de hierro y refuerzos metálicos, todo clavado con clavos de cabeza gorda. A veces siempre que el tiempo se detenga, estas ruedas de hace miles de años son idénticas a las de algunos carros que aún perduran en Galicia. La historia nos debe ayudar a entender de dónde venimos pero nosotros somos responsables de mantenerla y recordarla. Quizás nuestra afición por las tradiciones y los carros catalanes responde a esta inquietud: mantener y difundir nuestras raíces.
